(Contada por el propio Mago Chalupa a los niños de 2º del colegio La Cogolla de Fuentesnuevas)
Hace mucho, mucho tiempo, en los días de Navidad, en la comarca de El Bierzo, cayó una gran nevada. La comarca quedó aislada porque no se podía pasar ni por el puerto del Manzanal, ni por Villablino, ni por el puerto de Piedrafita.
En los primeros días de enero, los Reyes Magos se encontraron con un problema: no podrían ir con sus camellos a llevar los regalos. Cuando los niños se enteraron empezaron a llorar. Su llanto se oía por todos los rincones de la comarca.
Jacinto Chalupa Benítez, un minero bueno que trabajaba en una mina de las montañas del norte, oyó el llanto de los niños y se conmovió. Pensó: “Tengo que hacer algo”.
Se puso “manos a la obra” y… como los regalos habían llegado unos días antes en tren, en pocas horas los repartió a todos los niños bercianos.
Los Reyes Magos en agradecimiento le nombraron Mago Chalupa, y desde entonces, el único lugar del mundo donde los Reyes tienen un ayudante, es en El Bierzo. Aunque parece negro, no lo es. Su cara está cubierta de polvo de carbón, igual que los mineros al salir de trabajar del interior de las minas bercianas.
Por eso en la Cabalgata de los Reyes Magos en Ponferrada, además de Melchor, Gaspar y Baltasar, siempre va su ayudante: EL MAGO CHALUPA.
Adaptación: Teresa Cerezales (tutora de 2º de educación primaria)
(Nuestro agradecimiento a Ignacio Linares)
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